Para muchos consumidores comprar gafas de aumento o presbicia en establecimientos comerciales se ha vuelto habitual; de hecho, el consumidor suele confiar en que el producto que compra cumple con las especificaciones que indica el etiquetado.
Sin embargo, esto no siempre sucede y es posible que la potencia que se indica en el envase no sea la que realmente tienen las lentes, incluso si el producto se ha comprado en una farmacia o parafarmacia.
Por ello, resulta fundamental que los fabricantes y distribuidores de este tipo de lentes realicen ensayos de laboratorio en todos los lotes con el fin de ofrecer mayor garantía de calidad al cliente.
En nuestro ensayo de laboratorio mostramos cómo este tipo de productos no siempre cumple con el etiquetado.
¿Qué potencia debe indicar el etiquetado según la norma?
La Norma UNE-EN 14139 -denominada ‘Óptica oftálmica. Especificaciones para las gafas premontadas’– indica que las gafas premontadas deben tener una potencia dentro del intervalo comprendido entre +1,00 y +3,50 dioptrías.
Para cumplir con la normativa, los fabricantes y distribuidores de lentes deben garantizar al consumidor que la potencia que indica el etiquetado es la que realmente tiene el producto, siempre teniendo en cuenta los márgenes de tolerancia aplicables que se establecen en la Norma EN ISO 8980-1.
Este tipo de gafas se fabrican considerando la tabla de Donders, quien elaboró una curva de normalidad de acomodación para las diferentes edades tras llevar a cabo un estudio en el que se establecía una relación causal entre ciertos intervalos de edad y la pérdida de la capacidad para enfocar los objetos de cerca.
La base de dicha relación causal se encuentra en la pérdida de flexibilidad del cristalino con el paso de los años. Las lentes de aumento ofrecen, a las personas con presbicia, la potencia necesaria para enfocar.
Importancia de realizar un ensayo de laboratorio.
Como hemos dicho, la potencia que se indica en el etiquetado no siempre cumple con la que realmente tienen las lentes de las gafas premontadas.
Entre otros factores, este hecho puede darse porque en el proceso de montaje la lente se ha podido curvar y, al hacerlo, se añade un componente cilíndrico que hace variar la potencia inicial de la lente.
Prácticas sencillas como realizar ensayos de laboratorio normalizados en todos los lotes de un producto aumentan la fiabilidad que ofrece la marca distribuidora y revierte en garantía de calidad para el consumidor.
Los resultados de nuestro ensayo de laboratorio, que mostramos en la siguiente tabla, ejemplifican cómo la potencia obtenida en las mediciones en laboratorio no es la misma que se indicaba en el etiquetado:
Potencia indicada en la etiqueta | Potencia medida en laboratorio | ||
Lente derecha | Lente izquierda | Lente derecha | Lente izquierda |
S: +2.50 | S: +2.50 | S: +2.50 | S: +2.75; C: -0.25 |
S: Potencia esférica
C: Potencia cilíndrica |
Otros ensayos: medida de la distancia entre centros ópticos.
Existen otros ensayos que aportan información sobre otras posibles desviaciones, como la medida de la distancia entre los centros ópticos.
Así, comprobar mediante ensayo de laboratorio que los centros ópticos de las lentes no están desplazados evitará que puedan producirse efectos prismáticos indeseados que dificulten la visión.