
Los colorímetros son instrumentos compactos, de mano, simples y más económicos, pero igualmente válidos en función del uso final.
En los colorímetros los objetos son iluminados con una fuente de luz específica que simula los iluminantes patrón (A ó D65 por ejemplo). La luz reflejada pasa a través de los filtros primarios: rojo, verde y azul, que simulan la curva de sensibilidad espectral, y llega al detector donde proporciona una respuesta proporcional al valor triestímulo.
El colorímetro ofrece información sobre la cantidad de luz roja, verde y azul reflejada por el objeto.