Lentes con filtros
En los últimos años se ha extendido la venta de lentes con filtros bloqueadores de la luz azul, pero el porcentaje de absorción de este tipo de luz no siempre ha sido verificado mediante análisis en laboratorio, lo que incide en la calidad del producto.
Las lentes que se comercializan con este fin no deben absorber un porcentaje determinado de luz azul, únicamente deben indicar en sus especificaciones el porcentaje que realmente absorben.
Medir este porcentaje de absorción y saber si ha habido errores en la fabricación de algún lote es sencillo mediante un análisis en un laboratorio acreditado por ENAC. Sin embargo, esto no siempre se hace, de manera que, en ocasiones, la información que se ofrece al consumidor no es fiable.
La imagen muestra las diferencias entre dos lentes aparentemente similares pero cuyo porcentaje de bloqueo de luz azul varía en un 15%, como se muestra en el gráfico que se extrae del ensayo realizado en el laboratorio:
Sin un análisis previo en laboratorio no se podría detectar si el producto cumple con las especificaciones del etiquetado.
¿Qué es la luz azul?
La «luz blanca» o luz solar se compone de un espectro de rayos de luz de diferentes colores y tonos con diferentes cantidades de energía y longitudes de onda.
Si lo explicamos de manera sencilla, podemos decir que el espectro de luz visible se extiende desde el extremo rojo, con longitudes de onda más largas y menos energía, al extremo azul, con longitudes de onda más cortas y más energía.
Los rayos electromagnéticos que van más allá del extremo rojo y azul del espectro de luz visible se denominan rayos infrarrojos y luz azul-violeta respectivamente. Estos últimos, también son denominados ‘luz violeta’ o radiación ultravioleta (UV).
Las longitudes de onda del espectro visible van desde 380 nanómetros (nm) en el extremo azul a 700nm en el rojo, aproximadamente. Alrededor de un tercio de esta luz visible se considera que es ‘luz azul’ o luz visible de alta energía (HEV), con longitudes de onda que van desde 380 a 500 nm.
Actualmente, la luz azul no sólo proviene de fuentes como el sol, sino también de las pantallas de ordenador, tablets, smartphones, televisores, lámparas LED o tubos fluorescentes, entre otros.